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Un árbol, todos los árboles

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“Pensé que un hombre puede ser enemigo de otros hombres, de otros momentos de otros hombres…” El jardín de los senderos que se bifurcan” Jorge Luis Borges.

Asistimos días atrás a un hecho de otro tiempo, que desafía a un presente que no tiene muchas opciones, claro, si de la vida hablamos.


 

Dos ejemplares nativos (un tala y un caldén) fueron pasados a motosierra a metros del casco urbano, lo restos que quedaron sobre el camino vecinal alertaron a vecinos que dieron aviso a los medios y lo que sucedió después es historia conocida, repudio en las redes, declaraciones de arganizaciones ambientalistas, denuncias.

Un dato no menor es que el Área de Bosques de Córdoba dio su aval para la extracción, sin llegarse hasta el lugar, sin estudio de impacto ambiental, solo basándose en un informe de la Anac por un tema de seguridad aérea.

¿Porqué este episodio resultó ultrajante para muchos que 15 años tras hubiese pasado desapercibido o mínimamente se le hubiese restado importancia?

Hoy como están las cosas dependemos de más árboles para la permanencia de la vida humana en la tierra, equilibran el clima, restablecen suelos empobrecidos, filtran el aire contaminado, albergan la biodiversidad en esta caso única el mundo. Y en el sur de Córdoba de un área declarada protegida por la Provincia en 2003 de 665.000 hectáreas solo queda en 2023 el 10 % en buen estado de conservación, clarita la cuenta, no.

No es difícil inferir, entonces, que de lo que sepamos hacer con estos raleados arboles urbanos nativos probablemente dependa la subsistencia de ese vital y arrinconado 10% ubicado mayormente al Oeste de Villa Huidobro y en proximidades del Rio Popopis (Quinto).

Por eso es que es urgente que , principalmente las instituciones que se encuentran dentro de este área protegida, ejerzan un sentido de pertenencia que es el mismo que en estos últimos años se viene predicando desde los Centros educativos sobre el ambiente en cual nos formamos y del que somos parte. O ustedes se imaginan la respuesta que le darían a sus hijos sobre: ¿Por qué talaron el viejo caldén? Parafraseando nuevamente a Borges, “solo en el presente ocurren los hechos”.

En suma, es cierto, dos añosos árboles no hacen al bosque, pero su permanencia aún cerca de las localidades del Corredor y principalmente en este camino vecinal, resulta vital para decidir justamente que camino queremos seguir como sociedad, en este caso tenemos la ventaja de saber a que destino conduce cada uno.

I. Castro (Comunicador Social, autor del Libro, Corredor Biogeográfico del Caldén, regresión, abandono y defensa 2020 – 2da Edición ampliada 2022 – UniRío)

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