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Es la tercera generación de policías en su familia y tras 25 años de servicio le llegó el retiro

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“Todo tiene un final, todo termina”, es parte de la letra de la popular canción de Vox Dei que habla de un complejo presente, es quizás esta letra la que mejor identifica a Marcelo que horas atrás firmó el retiro del lugar que eligió por gusto, de todas maneras a quien le pregunta dice que siempre seguirá siendo Policía.

El diccionario de la Real Academia define la vocación como la inclinación a una profesión o carrera y Marcelo Amante, mamó desde niño el sentido de esta palabra, tal es así que creció en un Destacamento policial y lo que recuerda de chico con frecuencia estuvo ligado a la institución, donde pertenecieron también su abuelo y su padre. El suboficial retirado cuenta en la nota a Cabledigital que su hijo intentó ingresar a la fuerza para seguir la tradición familiar pero lamentablemente quedó afuera por no cumplir un requisito físico.


 

No es una profesión fácil, hay presiones constantes que están a la vuelta de la esquina, debe tratarse de estar siempre al servicio de la sociedad y debido a la alta exposición muchas veces las devoluciones a este trabajo no suelen ser buenas, sin embargo según dice, esto no fue un escollo para que Marcelo apostara a la capacitación con la realización de innumerables cursos relacionado a optimizar su labor.

“Hoy es un día muy especial porque por última vez me levante, me rasuré, me uniformé y salí a cumplir mi día como hace 25 años atrás con el mismo amor, entusiasmo, orgullo, capaz no llegué a la cima, pero si a la meta de completar los años de servicio a la comunidad que la repartición exige para pasar a retiro”, escribe con cierto dejo de angustia al anunciar en sus redes la novedad.

 Marcelo explica que aun no está retirado oficialmente, “estoy gozando del cronograma de licencia que me debía la Provincia y para después pasar al retiro, hemos llegado al final de la carrera. A mí estos años se me pasaron volando porque yo elegí ser Policía, son tres generaciones de Policía, mi abuelo, mi papá y yo. Lo hice con defectos y algunas virtudes pero esto lo elegí hacer por vocación”, asegura al tiempo que agrega que tuvo la posibilidad de elegir otras actividades ya que fue peluquero, arbitro y en la actualidad está muy relacionado a la crianza de caballos criollos, sin embargo y mas allá que pudo desarrollar todas estas actividades, nunca dejó la profesión.

Marcelo recuerda que cuando era chico y le preguntaban que iba a ser cuando sea grande no dudaba en responder que iba a ser Policía, “de hecho me crie en un Destacamento policial, mi papa estuvo muchos años a cargo del Destacamento en Mattaldi y nosotros vivíamos ahí en la Comisaria y con 7 años ya sabía manejar la radio, me había aprendido el código Q internacional”.

Es cierto que la palabra vocación lleva encerrada un potente significado que, por distintas razones, hoy no se encuentra en todos los policías. Se debe estar preparado físicamente, pero también mentalmente para resolver situaciones a diario. En este aspecto Marcelo señala que muchas veces apostó por la capacitación.

“Yo invertí mucho tiempo en cursos, mis superiores nunca me negaron, una vez nomas un superior me dijo que no vaya a hacer un curso porque ya tenía muchos”, recuerda y sonríe y agrega, “yo hice las capacitaciones que la Policía exige y también me perfeccione en forma particular para tratar de mejorar y cada vez que volvía de una capacitación tratando de devolver lo aprendido hacia quienes no tuvieron la posibilidad de ir, tratando de dejar algo”, comenta.

Marcelo cuenta además que con él se corta la tradición familiar de ser policías, “yo tengo un hijo varón que quiso ser Policía pero por un problema de crecimiento en los pies no pudo entrar a la Escuela de Oficiales y se termino anotando en una Carrera de Educación Física”, comenta.

 El Suboficial subraya que siempre trató de ser un buen Policía y va a estar ligado a la entidad para siempre, “nosotros no nos jubilamos, somos policías retirados, seguimos teniendo estado policial mientras vivimos, Policía sos un día y lo sos toda la vida y yo me voy a morir Policía”, dice mientras trata de contener las lagrimas y agrega, “he hecho muchos compañeros y de la mayoría me llevo un gran respeto, es muy difícil hace amigos en la Policía es un trabajo con una verticalidad de mando que implica ciertas responsabilidades que hay que ejercerlas”, apunta y con la voz ya entrecortada debido a la emoción concluye, “sí, estoy seguro, si vuelvo a nacer, seria Policía”.

I. Castro

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