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124° Aniversario de Huinca Renancó: Historia de los primeros Ferroviarios

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Por Ignacio Castro

En 2017, tres hermanos descendientes de los primeros ferroviarios en Huinca, regresaron después de 70 años y nos dejaron una interesante nota que rememoramos en este 1 de diciembre a 124 años de la fundación de la Ciudad.


 

Una visita inesperada revolucionó este viernes el Museo Municipal que funciona en la Ex Estación de Ferrocarril, tres hermanos octogenarios oriundos de Huinca Renancó y descendientes de primeros ferroviarios arribaron a la Ciudad después de 70 años para rememorar los tiempos de oro del Ferrocarril que le dio vida a la Ciudad. 

 Cesar Gonzalez (84), Maria Esther Gonzalez (90) y Angela Leonor Gonzalez (83), llegaron por la mañana acompañados del hijo de Maria Esther, fue quien decidió, traerlos para cumplirles el sueño de volver a su lugar natal. No fue fácil ya que al momento de partir desde Buenos Aires los tres en menor o mayor medida, comenzaron a emocionarse con el regreso a Huinca Renancó, el lugar donde habían nacido y se habían criado entre ferroviarios en un tiempo que ya no existe. 

   Sin embargo allí aun imponente y como una postal en sepia se ubica al Estación Ferroviaria, que supo ser el eje del progreso de una Ciudad mayormente habitada por familias inmigrantes, curiosamente al frente aun resiste uno de los Hoteles de aquella época y que solía recibir a los ocasionales viajeros del servicio “Sanrafaelino” con destino a aquella Ciudad de Mendoza, el Hotel Petit Colon, que en esta ocasión  también albergo a los hermanos Gonzalez que recuerdan que en aquel entonces cuando se era la “fonda” los Vascos. 

 Cabledigital encuentra a los hermanos a punto de cenar en el Bar Diógenes, y acceden sin problema a brindar sus testimonios.

  Los hermanos fueron a la Escuela Paso de los Andes y tienen muy buenos recuerdos de la Escuela que este año cumple su Centenario, Maria Esther recuerda que al fallecer su madre se fue de Huinca a los 15 años. “las mujeres de la familia nos fuimos a Buenos Aires con las hermanas de mi mamá y los hermanos quedaron con papa. Vinimos para despedirnos”, dice la mujer emocionada. 

 Cuando llegaron al lugar donde se forjaron laboralmente sus antepasados a principios y mediados de 1.900, en los años siguientes que se fundó, Huinca Renancó, los coordinadores del Museo quedaron perplejos no lo podían creer y no era para menos, eran la historia viva de esas vías que apuntalaron el surgimiento de la Ciudad y que podían contar en detalle sobre el funcionamiento de esas antiguas herramientas y elementos  ferroviarios que hoy se exhiben en las vitrinas.

 “Cuando vi el nombre de Huinca en la entrada, me costó tantas lagrimas. Yo nací acá y me críe. Mi abuelo era uno de los primeros ferroviarios en esta Estación, mi hermano fue telégrafo y mi papá su vida fue el ferrocarril él era hijo de una inglesa y un español y vinieron acá escapando de la guerra”, dice Maria Esther y su hermana Angela aporta, “él era capataz de carga y descarga por 1.930, venia material de San Juan, de Mendoza de la Rioja y traían vino a granel y a tonel, aceite, aceitunas, frutas secas y cereales. Él era el encargado de playa y vigilar que se bajaran esas cosas “, recuerda que eran una familia de ferroviarios de pura cepa. 

 Uno de los primeros telegrafistas 

 Los hermanos también hacen mención a Pedro Gonzalez, un hermano fallecido que fue telegrafista en la Estación huinquense y el antiguo telégrafo que se usaba en aquel entonces se exhibe en el Museo, “El nació acá y murió acá y junto con mi Tio, hijo de mi abuelo trabajaban en eso”, recuerda que para desempeñarse en este oficio tuvo que estudiar dos años y luego se desempeño en San Rafael, “él se volvió para acá porque estaba enamorado de una maestra y se caso con ella”, rememora y agregan que Pedro tenía en ese entonces más de 10 personas a cargo para asegurar las comunicaciones a través del Telégrafo.

 “Nos visitaron en nuestro museo, los descendientes del ferroviario Sr. Tomas Gonzalez (capataz de playa de carga y descarga por los años 1936) y del Sr. Pedro Gonzalez (telegrafista en el año 1950), ambos trabajaron en la Estación Ferroviaria de Huinca Renanco, sus parientes vivieron en Huinca Renancó pero actualmente están radicados en Buenos Aires y nos recordaron viejas épocas que vivieron sobre el ferrocarril en Huinca, les agradecemos mucho la visita”, señalaron desde el Museo Municipal.

 “Cuando llegamos vi que no es el Huinca que deje, si hubiera venido sola acá me quedaba dura y no hacía nada, en cambio gracias a mi sobrino nos paseo por todos lados, pero adonde no pudimos llegar por que mi sobrino no quiere que nos emocionemos muchos, es al cementerio donde se encuentran los restos de mi madre”, señala.

 “Fue una emoción cuando vi el telégrafo, porque yo también fui telegrafista en Chacarita y también en el Ferrocarril Urquiza, yo estudie dos años y me recibí de telegrafista y terminé de auxiliar de playa tenía 13 hombres a cargo”, cuenta Cesar quien en aquel entonces a mediados de siglo pasado tuvo que decidir entre el fútbol y el ferrocarril, “el encargado del Telégrafo me quería llevar a jugar porque le pagaba bien con las dos piernas y jugaba de wing derecho”, relata.

  El telégrafo fue un gran aliado del ferrocarril. Los postes tendidos a lo largo de las vías (paralelos a estas) sostenían el tendido de los cables conductores del telégrafo.

 Usando el telégrafo se transmitían las órdenes de servicio, se comunicaban los cambios de horarios de circulación de trenes o modificaciones tarifarias. Además, el telégrafo cumplía funciones sociales retransmitiendo mensajes para el Correo Oficial, como así también telegramas.

Orgullosos de ser huinquenses

 Los hermanos Gonzalez dejan un mensaje de la experiencia que los forjó en su niñez al lado de quienes fueron los pioneros de Huinca.

  Maria Esther quien se desempeñara después de su partida de Huinca como sastre del Ejercito, señala, “yo estaba enamorada de Huinca por la gente extranjera que había, era de bonito en mi época, para mí era una belleza y había una educación que no me voy a olvidar nunca  nosotros no salíamos a la calle sino íbamos con una persona mayor. Nosotras las mujeres éramos niños hasta los 22 años y los varones hasta los 20, se nos trataba como niños”, rememora.

 Los hermanos coinciden en decir que les da mucha tristeza que el ferrocarril no funcione mas como antes y las postales del hoy y el ayer son invariablemente contrastantes, “yo me fui a los 11 años, vuelvo después de 71 años y tengo ahora 83 cumplidos. Para mí fue una gran emoción que trato de controlar para no llorar. Es toda una vida, ella tiene 90 y él 86 y estamos enteros, somos historia viva de Huinca Renancó. Del Huinca que deje no hay ni esto, del Huinca actual me llevó una muy buena imagen porque nunca pensé verlo así como esta y es un gran orgullo como huinquense. Nunca voy a olvidar este momento”, dice Angela ya entre lagrimas, la mujer cuenta que también tienen sangre Ranquel por una abuela que venía de Mendoza, “lo que he visto me lo llevo en mi corazón y para lo que me queda de vida, porque ya tengo 83 años y que todos los huinquenses y que se sientan orgullosos de la tierra donde nacieron, que eso es lo que sentimos nosotros a pesar de estar 70 años en otro lado. Viva Huinca”, exclama, lo cual no pasa desapercibido para quienes ya hace rato dejaron de comer y tratan de escuchar la atrapante historia de los tres hermanos Gonzalez.

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